El test de concepto es un método de investigación de mercados que consiste en realizar preguntas a los clientes sobre las ideas que tienen para un producto o servicio antes de lanzarlo al mercado. Así podremos medir su aceptación e intención a la hora de comprarlo y por lo tanto tomar decisiones y realizar modificaciones si fueran necesarias antes de lanzarlo.
Los clientes siempre tienen la razón y el poder de determinar si nuestra idea tendría el éxito que buscamos o no, por eso antes de lanzarlo al mercado es necesario buscar su aceptación y con lo que aprendamos de nuestros clientes podremos adquirir conocimientos para diseñar productos eficaces y exitosos.
Diferentes métodos para hacer un test de concepto:
-Pruebas de comparación: Esta prueba consiste en presentar a los encuestados dos o más conceptos sobre los productos dándole varias opciones y que seleccionen el mejor concepto para ellos. El resultado es fácil de determinar pero no sabremos por que el encuestado ha elegido esas opciones lo cual es bastante importante.
-Pruebas monádicas: En este método se divide el público en grupos y a cada grupo se le muestra un concepto, de esta manera los encuestados podrán profundizar más en los diferentes atributos del concepto. Estos resultados dan un mayor contexto a los investigadores sobre los conceptos.
-Pruebas monádicas secuenciales: Este método se presenta igual que el anterior, dividiendo el público en distintos grupos pero en lugar de mostrarles un concepto se les muestran todos. Este tipo de pruebas son más fáciles de implementar y más rentables ya que el tamaño del público objetivo para realizar esta prueba es relativamente pequeño. Sin embargo, el cuestionario es extenso lo que puede hacer que algunos individuos del público no lo finalicen.
-Pruebas protomonádicas: Esta técnica mezcla la prueba monádica secuencial con la de comparación. Por este método, los encuestados evaluarán los diferentes conceptos para después elegir el que le agrada más.