Seguro que en muchas ocasiones has oído hablar de los Objetivos SMART y su importancia pero, ¿los has aplicado alguna vez a tu empresa? ¿Sabes cuáles son sus características?. En Comunicare, hoy queremos que aprendas esta nueva terminología, que te será de gran utilidad en tu día a día. ¡Sigue aprendiendo con tu agencia de marketing digital!
¿Qué son los Objetivos SMART?
Todos los objetivos que nos marquemos en nuestra empresa se recomienda que estén basados en la técnica SMART. Por este motivo, cuando establecemos Objetivos de Venta y Marketing se valora positivamente que estén bien planteados y sean metas muy concretas que nos hagan centrar todos nuestros esfuerzos en ellas.
Para considerar a esas metas Objetivos SMART estos deben ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales. La sigla SMART proviene de la lengua inglesa, por ello cada una de las letras que la componen encuentran su significado en las siguientes palabras: Specific, Measurable, Achievable, Relevant y Time Based.
Por ejemplo, si queremos aumentar las ventas de un producto nuestro objetivo no será “Vender más unidades de cepillos de dientes”. En este ejemplo anterior el objetivo no es concreto, no tiene una fecha límite y no es medible. Pero si decimos “Aumentar las ventas de cepillos de dientes eléctricos un 25% en dos meses” sí cumple con los requisitos que nos marca la técnica SMART.
¿Por qué deben tener unas características concretas?
Los Objetivos SMART deben tener todas las características que se han definido en el apartado anterior porque de esta forma conseguiremos optimizar mejor nuestro tiempo en la tienda, conseguiremos una mejor comunicación entre nuestros departamentos y reduciremos posibles riesgos empresariales.
A continuación, te enseñamos la importancia de cada una de las características de los Objetivos SMART:
- Específicos: para poder focalizarnos en ellos estos deben ser concisos y claros. De esta forma conseguiremos que todos los trabajadores conozcan el objetivo y no haya ninguna duda de la meta a alcanzar.
- Medibles: tenemos que usar los números sí o sí. Recordemos que lo importante es seguir creciendo y no hay nada más fiable que las matemáticas para ver si estamos mejorando.
- Alcanzables: podemos soñar a lo grande, pero con los pies en el suelo. Sabiendo hasta que punto podemos conseguir esos Objetivos SMART.
- Realistas: tenemos que saber perfectamente en qué situación se encuentra nuestra empresa y qué objetivos previos hemos conseguido alcanzar. Si desde un principio sabemos que no vamos a conseguirlo, mejor no establecerlo.
- Temporales: hay que poner sí o sí una fecha de finalización. Esto nos permitirá una mejor organización de las tareas a realizar.
Los Objetivos SMART cómo vemos deben estar presentes siempre que decidamos poner en marcha un nuevo plan de actuación. ¡Recuerda que todo el esfuerzo depositado en esta fase, tendrá sus respectivos beneficios!.