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Definición
La Inteligencia Emocional (IE) es todo el conjunto de habilidades que una persona va adquiriendo a lo largo de vida. Estas habilidades son la empatía y respeto hacia los demás, la motivación y autocontrol de uno mismo, y una correcta gestión de las cinco emociones básicas del ser humano. (Recordemos que las cinco emociones básicas son la tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira).
El concepto de inteligencia emocional fue utilizado por primera vez en el año 1990 por dos psicólogos americanos: Peter Salovey y John Mayer. Por tanto, el origen de este concepto fue el Modelo de las Cuatro Ramas, desarrollado por los dos. Este modelo se centra en las habilidades cognitivas teniendo en cuenta los factores afectivos, emocionales, personales y sociales que los seres humanos utilizamos para adaptarnos a nuestro entorno.
Este tipo de inteligencia consiste en la capacidad de los individuos para reconocer sus propias emociones y las de los demás, saber diferenciarlos y etiquetarlos apropiadamente. Al autogestionarse correctamente, podrás guiar el pensamiento y la conducta, y administrar las emociones para adaptarse al ambiente o conseguir objetivos.
Los psicólogos para medir esta inteligencia en lugar de centrarse en alterar la capacidad de generación de emociones con respecto a diferentes estímulos del entorno. se centran más en la reacción que una persona tiene frente a ellas. En definitiva, muchas veces son más impactantes las reacciones que las emociones en sí que desencadenan esta acción. A partir de este hecho se podrán evaluar rasgos de la personalidad.
Cuatro signos para evaluar tu grado de IE:
A continuación mostraremos los cuatro signos principales que denotan una alta Inteligencia Emocional:
1. Pensar en tus reacciones
Tener una alta IE, marcará la diferencia entre tus distintas reacciones. Por ejemplo, si estás en una discursión, una buena IE sería no tomárselo como algo personal, y una mala sería faltar el respeto a su interlocutor. Las personas que carecen de inteligencia emocional son más propensas a reaccionar y dejarse llevar por la ira. No sopesan los pros y contras de cómo afrontar esa situación.
Las personas menos capacitadas para gestionar sus sentimientos negativos son más propensas a tener dificultades sociales, y sentimientos depresivos. Estudios científicos indican que los individuos con depresión tienen mayores dificultades para comprender y gestionar sus emociones.
2. Ver las situaciones como un desafío
Si somos capaces de reconocer las emociones negativas en nosotros mismos y de ver las situaciones difíciles como un reto, centrándonos en emociones positivas y en, lo más probable es que tengamos una alta IE.
3. Modificar sus emociones
Las personas emocionalmente inteligentes saben que necesitan regular el nivel de activación de sus emociones de forma apropiada. Por esta razón, se ha evidenciado que una adecuada IE está relacionada con niveles más bajos de ansiedad o de depresión.
4. Ponerse en el lugar del otro (empatía)
El entrenamiento en IE más efectivo se centra en la gestión y en la expresión de las emociones, las cuales están directamente vinculadas a un buen desempeño laboral y a una mejora de la comunicación con clientes y compañeros de trabajo. Por lo que tener empatía es una cualidad esencial para alcanzar niveles altos de este tipo de inteligencia.
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