La comunicación agresiva forma parte de uno de los tres estilos comunicativos, junto a los estilos pasivo y asertivo. Cada uno de ellos orienta el tipo de relación a desarrollar en el proceso de intercambio de información. A lo largo de este artículo nos centraremos en la parte de los ejemplos de comunicación agresiva.
La comunicación agresiva es un tipo de comunicación que se caracteriza por expresar un estilo exaltado, tanto en el empleo de un lenguaje verbal como no verbal. El emisor proyecta un mensaje hacia un receptor con un carácter meramente agresivo, y como tal así se denomina a esta tipología de comunicación.
En vez de realizar una comunicación asertiva y con base en una escucha activa, es totalmente lo contrario. Por tanto, es un estilo comunicativo que afecta al proceso de comunicación. A lo largo de este proceso, el emisor puede incluso emplear la manipulación para obtener algunos beneficios en perjuicio de la otra persona.
En un ejemplo de comunicación agresiva, el estilo podríamos decir que, con tintes negativos, se extiende por una persona nada comunicativa. De este modo, el interlocutor se muestra beligerante y pretende conseguir sus objetivos pasando por encima de los demás. No le importa la otra persona, porque en cierta manera vela por sus propios derechos y menosprecia al resto, incluso puede humillar a la otra persona e incidir en la toma de decisiones general.
Índice de contenidos
¿Cómo son los ejemplos de comunicación agresiva? ¿En qué se basan?
En referencia al ejemplo de comunicación agresiva, en ella una determinada persona toda la atención se enfoca en la consecución de un objetivo y, por tanto, no se pretende que haya una comunicación efectiva o activa. Se busca que la otra parte esté sumisa bajo la influencia de poder del emisor para con sus ideas y expresiones, que pueden ser extensivas al uso de gestos, insultos o gritos en un contexto concreto.
Sin embargo, aunque el emisor proponga un mensaje o contenido y tenga razón, las formas agresivas hacen que la pierda ante los demás y quede desacreditado por sus actuaciones.
Por otro lado, hay varias formas de expresar una comunicación agresiva. Al respecto, puede ser tanto de manera directa como indirecta. La primera se caracteriza por emplear la comunicación verbal, como con amenazas o cualquier tipo de insulto, la comunicación no verbal, mediante el empleo de gestos nocivos. Por su parte, la segunda forma se promueve por medio de comentarios jocosos, las humillaciones o la utilización del rencor en los mensajes.
En otro orden de cosas, los ejemplos de comunicación agresiva conllevan una serie de consecuencias de carácter social. Así pues, pueden clasificarse en favorables o desfavorables. La premisa a favor de una comunicación agresiva es que acumulan un sentimiento de poder. Por su parte, la premisa negativa y, por tanto, desfavorable, es que ese sentimiento se vuelve de culpa en un periodo a largo plazo. Aunque en un corto plazo las consecuencias sean más a favor del emisor alterado, en un periodo más extenso esa persona con buena parte de probabilidad será rechazada.
La comunicación agresiva en un contexto de pareja
Algunos de los ejemplos de comunicación agresiva vienen dados en el contexto de las parejas. De esta manera, en un miembro de la relación afectiva prevalece este tipo de comportamiento sobre el otro. En cualquier caso, para transmitir los contenidos de un mensaje de forma correcta y eficaz, la comunicación agresiva no es la solución en ningún ejemplo. Por medio del respeto, una comunicación asertiva resulta fundamental para un entendimiento óptimo.
Con respecto a los ejemplos de comunicación agresiva en la pareja, como hemos apuntado, se produce una invasión del espacio personal de uno hacia el otro y una supeditación del derecho, en cierto modo, que tiene una persona, que queda bajo el “poder” del que emite los mensajes relacionados con los componentes agresivos.
Palabras y frases como “no sirves para nada y mejor lo hago yo” o echar la culpa al otro y trasladar la presión hacia esa persona recalca comportamientos revestidos de agresividad, en mayor o menor medida. También, la comparación es otro de los recursos empleados en esta forma comunicativa para con catalogar y relacionar personas con una pareja.
Así pues, como también hemos mencionado en los párrafos previos, a largo plazo un ejemplo de comunicación agresiva conlleva efectos nocivos en cualquier tipo de contexto. Algunos de los efectos y consecuencias negativas son los propios sentimientos de culpa, la frustración o el aspecto del rechazo.
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Preguntas frecuentes
1- ¿Qué es la comunicación agresiva y sus características?
Es un tipo de comunicación expresado por un emisor en cuanto a que muestra un comportamiento exaltado. De esta forma, por medio tanto del lenguaje verbal como no verbal, demuestra una comunicación poco empática y nada asertiva para con su interlocutor en un proceso comunicativo. Al contrario, pretende imponer sus ideas y expresiones altivas y en algunas situaciones puede llegar a emplear la manipulación.
2- ¿Cuáles son los tipos de comunicación agresiva?
En este sentido, hay distintas formas de comunicación agresiva. Por ejemplo, la propia manipulación antes citada, el rechazo o los reproches de carácter personal, entre otros.