¿Qué es?
El pensamiento lateral (o pensamiento creativo) es un término acuñado por Edward Bono en el libro New Think: The use of lateral thinking. En esta obra, Edward plantea como una técnica para resolver problemas y situaciones, un enfoque y una forma imaginativa y creativa. Es una forma muy específica de organizar los procesos del pensamiento a través de estrategias o algoritmos poco comunes, que normalmente serían evitados por un tipo de pensamiento más lógico y racional. Este tipo de pensamiento ha llegado a ser difundido en el área de la psicología individual y social, probando así su positivo impacto en las personas que lo utilizan.
Si quisiéramos entender mejor este pensamiento, tenemos que entender su idea central: al mirar un problema siempre existe una tendencia común o habitual de pensamiento, lo primero y lógico que se viene a la cabeza (el suelo para caminar, las sillas para sentarse, el vaso lleno de un líquido…). Este hecho limita las soluciones posibles en la mayoría de los casos porque es lo que entendemos como lógico.
El pensamiento lateral por su parte, busca romper con este patrón abriendo la posibilidad a opciones mucho más creativas e innovadoras que representan esos cambios alternativos o desacostumbrados, que permiten la resolución de problemas de forma indirecta y creativa. En particular, la técnica se basa en que, mediante provocaciones del pensamiento, se haría un desvío del camino o patrón habitual del pensamiento.
Dos factores clave del pensamiento lateral:
- Comprobar Suposiciones: Los problemas y soluciones no siempre se pueden enfocar desde una perspectiva lateral y puede que la solución no sea tan directa como creíamos. Tendremos que revisar estos supuestos, ideas o conceptos convencionales cuya validez se acepta sin objeción ni examen. Para que esto pueda suceder es necesaria una mente «despejada y abierta» a todos los elementos para enfrentarnos a cada situación.
- Hacer las preguntas correctas: El punto más importante del pensamiento lateral es saber qué preguntas debemos de plantearnos, (no la solución final para resolverlo). Al momento de utilizar este método para resolver problemas se debe comenzar haciendo preguntas generales enmarcadas adecuadamente. Luego, se deben examinar los datos conocidos con preguntas más específicas sometiendo a examen la hipótesis más obvias, hasta alcanzar una visión alternativa cercana a la solución.
Ejemplos de pensamiento lateral:
A continuación comentaremos 5 ejemplos de pensamiento lateral:
- Los meses: Algunos meses tienen 31 días, otros solo 30. ¿Cuántos tienen 28 días?
- La paradoja del globo: ¿Cómo puede pincharse un globo sin que se fugue el aire y sin que el globo estalle?
- El colador: ¿Cuándo se puede transportar agua en un colador?
- La serpiente: ¿De qué color son los zapatos de serpiente?
- El agujero: ¿Cuánta tierra hay en un agujero de un metro de largo por un metro de ancho y un metro de profundidad?
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