Los años 50, junto a los 60, se consideran los años dorados y de esplendor de la publicidad. Una época brillante donde se multiplicaron los contenidos publicitarios a través de medios de comunicación, que funcionaban bastante bien. En aquel momento, el panorama publicitario alcanzó un desarrollo importante, teniendo una gran influencia y presencia en la sociedad. Esta forma de comunicación promocional ya existía anteriormente, cuando en el siglo XVIII se imprimían anuncios en los periódicos y carteles de la época. La publicidad en los años 50 se vio afectada por un fenómeno compuesto por varios factores que propiciaron un gran desarrollo y expansión de este hecho.
La publicidad en los años 50 adquirió un nuevo concepto y se desarrolló en amplios nuevos escenarios donde distribuir mensajes publicitarios constantes. Ahora lo conocemos como un marketing o publicidad más tradicional, con las nuevas técnicas digitales que usamos. Pero en aquella época, supuso un boom espectacular. En la evolución de los años 50 intervinieron varios factores como la prosperidad económica, el crecimiento de la clase media y un desenfreno en el ámbito del consumo y el ocio. De igual modo, la renovación de los medios de comunicación tuvo mucha presencia. No solo con los existentes, sino la aparición de un nuevo aparato que cautivó al mundo: la televisión, que se convertirá en un soporte elemental para la publicidad y sus objetivos.
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Aparición de la televisión
La televisión tardó poco en consolidarse como el principal medio de comunicación de masas y como uno de los elementos más característicos de la publicidad en los años 50. Aunque al principio, no todo el mundo podía poseer una, progresivamente se fue implantando en las casas. Tenía múltiples funciones como el entretenimiento, la promoción y como medio de información. La publicidad y los anunciantes fueron las principales vías de financiación de las nuevas cadenas de televisión. Surgieron nuevas técnicas de actuación como el patrocinio de programa y la visualización de los primeros spots. Por esta razón, las agencias publicitarias experimentaron un gran crecimiento gracias a su colaboración con las cadenas televisivas. Para ello, se tuvo en cuenta la cuidadosa planificación y estudio del formato de los mensajes para adaptarlos a la televisión. Eso suponía nuevas creatividades para una masificada llamada de atención del público, que seguía estupefacto con el funcionamiento de este aparato.
A partir de ese momento, los que se dedicaban a la creación de anuncios, comenzaron descubrir nuevas maneras para impulsar el consumo de productos y servicios. Surgieron publicistas de reconocido nombre que dejaron su huella en la labor publicitaria desarrollada. De igual modo, nacieron nuevas estrategias que ayudaron a las marcas a seguir creciendo y vendiendo. Se avanzó en los renovados conceptos que se relacionan con la publicidad, como el eslogan. En este caso, logró gran importancia en los asuntos publicitarios, pues se elaboraban con formatos más imaginativos y creativos. También las imágenes adquirieron un espacio privilegiado a la hora de su difusión. Junto con ellas, el color ganó importancia y el tono de los anuncios de entonces resultaba positivo. La fotografía ganó una importante presencia en los espacios publicitarios gracias a su mayor detallismo y capacidad de persuasión.
Antes de la revolución publicitaria de los años 50, la mayoría de anuncios se limitaba a indicar los atributos y cualidades de un producto. Sin embargo, lo que provocó el éxito de la publicidad de esta época, es en lo que se diferencia de la anterior. Los publicistas se enfocaron en la satisfacción que daría al comprador adquirir cualquier producto. Antes de eso, los anuncios consistían en mencionar el producto y mostrar sus capacidades. Por ejemplo, una manera de anunciar era: esto es una sartén, un objeto de cocina que sirve para freír y cocinar. Y con esta técnica se realizaba la compra-venta en el mercado, dando a conocer los productos en los anuncios.
Sin embargo, en la publicidad en los años 50 se dio un paso más en la forma de vender. Si antes se mencionaba en qué consistía un producto, más tarde se le añadiría un valor para conectar con la audiencia e incitar a la compra. En este caso, se le añadiría a la publicidad de la sartén que hemos mencionado antes: esto es una sartén, un objeto de cocina que sirve para freír y cocinar, consigue una para que tú y tu familia seáis más felices. Los valores que aparecían eran muy efectivos en esas circunstancias, porque lanzaban mensajes que apelaban a la familia, el hogar, el trabajo… Mientras, la figura de la mujer se simplificaba a un objeto más.
El papel de la televisión tuvo mucho que ver en la transformación de la publicidad. Fue otro de los productos que creció como la espuma en los hogares de la gente. En los anuncios no podían faltar una serie de aspectos clave para su cumplir su misión. Había más colorido, todos sonrientes, entusiasmo e idealización de los productos, mucho optimismo… Mostraban una imagen un poco alejada de la realidad y con una sensación de inexistencia de las preocupaciones.
Desde entonces, la industria de la publicidad no ha parado de reinventarse, crear y diseñar campañas que promuevan el consumo de productos y servicios. Mientras siguió avanzando, también se comenzó a establecer marcos regulatorios publicitarios, que defendían los derechos y la integridad de los clientes. Además de eso, incluía una responsabilidad ética con la que saber actuar guardando respeto a toda clase de la sociedad. Se trata de una evolución notable, puesto que se desarrollan estrategias más exitosas y efectivas, discursos más progresistas, nuevos roles que entierran los estereotipos del pasado o la correcta adecuación del papel de la mujer en su representación.
La publicidad en los años 50 alcanzó su época de brillantez y cuando se consolidó toda su nueva estructura. Pero es cierto que, tras el paso de los años, se han implantado mejoras que hacen de la publicidad algo más responsable.
Los inicios del marketing
Hemos hablado del origen de la publicidad actual, pero también cabe mencionar el papel del marketing en la comercialización y el aumento corporativo de las marcas. Actualmente, las empresas más grandes (y no tan grandes) emplean fuertes estrategias de marketing elaboradas a la perfección para que el producto llegue al mayor número de usuarios.
El marketing ayuda a las empresas a cumplir su intercambio de objetos de un valor determinado. Las empresas son los agentes económicos encargados de la producción de cualquier tipo de producto. El marketing impulsa a que siga esa rueda económica mediante sus planes estratégicos pensados de manera inteligente y por expertos. La mayoría de entidades se componen por departamentos. Los más generales son recursos humanos, producción, finanzas, ventas y marketing. Pueden existir muchos más, pero estos son los más importantes.
La estrategia y el diseño del marketing se originaron atrás tiempo y siguieron perdurando hasta ahora. Este hecho sucedía cuando un comerciante o vendedor quería destacar entre la competencia y llegar a nuevos públicos. La profesionalización del marketing llegó con la Revolución Industrial. Se desarrolló en gran medida la producción, por tanto, era necesario diferenciarse de los demás competidores de un mismo producto. Al comienzo del siglo XX, en 1902 se utilizó por primera vez el término de “marketing”. A partir de ahí, esta disciplina siguió ampliándose, hasta que en 1914 se publicó la primera investigación científica sobre el marketing, y un año más tarde se editó el primer libro sobre este concepto.
Cabe destacar, que, para entonces, el marketing se ocupaba de la producción y del producto. Es decir, actuaba para que la distribución de los productos fuese lo más eficiente posible. En principio, el ámbito de trabajo del marketing era la actividad comercial, con fin de lucro. A lo largo del tiempo, pasó a popularizarse y emplearse en otros ámbitos. Entre ellos, organizaciones sin ánimo de lucro, las fundaciones y la política.
Una de las cualidades que posee el marketing es constante adaptación a las nuevas tendencias, los cambios de funcionamiento del mercado, los hábitos, la evolución de las tecnologías y nuevos canales por donde difundir sus estrategias y llegar al público. Por estos motivos, aquellos que nos dedicamos al marketing, continuamos buscando nuevas maneras de operar. Lo que hoy puede ser la clave del éxito, mañana puede alterarse en cierta manera.
A lo largo de su historia, el marketing se ha enfocado en diferentes puntos relacionados con la comercialización. Antes del desarrollo de la producción de masas, existía mucha más demanda que oferta, y muchas necesidades no estaban satisfechas:
Enfoque centrado en la producción
En este proceso, existía mucha demanda insatisfecha. De modo que, la mayoría de producto que salían al mercado eran más susceptibles de ser comprados. En esta situación, las empresas se enfocaron en la producción, al producir de manera eficiente, tendrían algo de éxito. Los productores del mercado sintieron una gran evolución a partir de la venta de masas y aprovecharon para crecer. Así, varias marcas siguen siendo muy conocidas hasta ahora, como Ford.
Enfoque en las finanzas
Cuando las empresas alcanzaron un periodo de prosperidad antes de los años 30, llegó la gran depresión económica que afectó globalmente. Las marcas necesitaban dinero para seguir produciendo, al igual que los consumidores para las adquisiciones. Aquellas empresas que salieron mejor paradas de esta recesión, fueron las que supieron gestionar su dinero y ahorros. Por tanto, una vez finalizada esa etapa, fueron capaces de operar rápidamente y posicionarse en el mercado. Una de las consecuencias fue el aumento de la oferta de productos, que era mayor que la demanda.
Enfoque puesto en las ventas
Con el incremento de la cantidad de productos, las empresas productoras recurrieron a las técnicas destinadas a la venta. Necesitaban convencer al consumidor para que comprasen sus productos y no los de la competencia. En ese momento, no existía el marketing como tal, sino que las compañías intentaban obligar al público a obtener sus productos de cualquier manera. La única preocupación de las industrias era dar salida a sus manufacturados y no miraban por las necesidades de los clientes.
Enfoque en el marketing
El auténtico marketing surge cuando las entidades se dan cuenta de que deben dirigirse a resolver las demandas insatisfechas de los consumidores. El nuevo procedimiento consistía en encontrar esas necesidades y responder con soluciones acertadas. Estudiaban la situación del mercado y el posible recibimiento de los productos en los clientes. De esta manera, conseguían resultados más esperados y beneficiosos.
Enfoque en el marketing competitivo
Actualmente, las marcas emplean el marketing y pelean por ser las mejores del mercado. Buscan dar la mejor solución y experiencia a los clientes. Por eso se llama competitivo, porque examinan la mejor opción para satisfacer al usuario, con una serie de condiciones y teniendo en cuenta las necesidades básicas.
Gracias al marketing y al marketing competitivo, muchos negocios ponen más esfuerzo en cuidar sus productos y el trato con el cliente para fidelizarlo y ganar más. Aumentando la calidad, la cantidad y la relación entre la marca y el cliente.