A la hora de llevar a cabo cualquier estudio o investigación que requiera de la participación ciudadana, es común la elección de una muestra con el objetivo de extraer de ella una serie de resultados que le sirvan tanto al investigador como al público al que va dirigido el proyecto.
Es habitual que, una vez puesto en marcha el proceso de búsqueda de la muestra, el equipo tenga muy claro qué tipo de personas se han de seleccionar. Es decir, si la muestra será aleatoria, o no.
En el caso de serlo y, por consiguiente, se elige un grupo de personas al azar, es lo que en marketing denominamos como ‘muestreo aleatorio’.
Si quiere conocer más sobre este concepto, sigue leyendo, en Comunicare te lo contamos.
¿Qué es un muestreo aleatorio?
El muestreo aleatorio, como su propio nombre indica, es un proceso que permite obtener una muestra sobre la población, basada en una determinada probabilidad de elección de todos los individuos que la conforman.
Con este tipo de muestreo, a diferencia del realizado de forma no aleatoria, lo que hacemos es plantear un método de elección. Es decir, un método que tiene en cuenta las diferentes probabilidades y opiniones de la población, la cual ha sido elegida al azar, sin seguir un rango o criterio.
Este tipo de muestra es empleada sobre todo en estudios científicos dado que es el único que permite realizar un análisis confirmatorio del proyecto a indagar.
Por otro lado, este método, además, reduce el sesgo. Es decir, al tener una cierta probabilidad de escoger a cualquier miembro de la población, evitamos caer en la subjetividad llevada a cabo en el método de elección no aleatoria.
Por último, permite utilizar muestras de pequeño tamaño en poblaciones grandes. Eso sí, hay fórmulas para calcular esas muestras mínimas con poblaciones conocidas o desconocidas.