Toda compra tiene su proyecto y transcurso de la misma. Desde el momento en que el usuario ve un determinado producto, le crea una necesidad y, finalmente, lo adquiere, hay todo un proceso de etapas por las que ha de pasar el consumidor.
El objetivo de toda empresa es que el usuario lo realice de la forma más rápida y sencilla, sin mayores complicaciones, con el objetivo de que la experiencia de compra sea siempre satisfactoria.
Todo este proceso, desde la búsqueda del producto hasta su adquisición es lo que en marketing denominamos como ‘túnel de conversión’.
Si quieres saber más sobre este concepto, este artículo de Comunicare es para ti.
¿Qué es un túnel de conversión?
En marketing, denominamos ‘túnel de conversión’ o ‘embudo de conversión’ a las diferentes etapas por las que debe pasar un cliente potencial hasta lograr un determinado objetivo sin darse por vencido en su trayecto.
El propósito de esta herramienta es modelar un camino de compra y reducir la tasa de abandono de las diferentes etapas por las que pasa el cliente.
En definitiva, el túnel de conversión es el proceso desde que el individuo busca un determina producto hasta que finalmente lo adquiere en su carrito de compra sin la menor complicación.
El término ‘tunel’ o ‘embudo’ es utilizado para ilustrar este concepto dado que a medida que el camino del usuario se va a acercando a la compra, el embudo se reduce, es decir, es más probable que se realice la compra a medida que se va pasando a través del túnel.
El túnel de conversión sirve para resaltar las diferentes etapas del viaje de compra en las que es probable que un cliente potencial abandone, con el objetivo de poder analizarlas y optimizarlas mejor, ofreciendo siempre una grata experiencia de compra al cliente. Cuantas más facilidades obtenga el consumidor en el trayecto de compra, mayor será la posibilidad de que este termine por adquirir el producto e incluso repetir su compra.