Los términos imágenes corporativas y reputación corporativa a menudo se usan indistintamente, pero hay algunas diferencias significativas entre los dos. La imagen corporativa de una empresa es la percepción del público de la misma. La identidad corporativa es su cultura organizacional, que a su vez puede afectar su imagen. Una vez que una frase de jerga publicitaria, la imagen corporativa ahora es un término cotidiano para las empresas. Se refiere a los signos visuales y el logotipo que el público ve cuando se menciona una empresa.
La imagen corporativa de una empresa es lo que el público piensa sobre una empresa cuando escucha su nombre, mientras que su reputación corporativa es cómo el público percibe a la empresa con el tiempo. Si bien la imagen corporativa es lo que viene a la mente cuando el público escucha el nombre de una empresa, la reputación corporativa es la evaluación pública del desempeño y los atributos de la empresa a lo largo del tiempo. La imagen corporativa y la reputación corporativa son herramientas de marketing importantes, y ambas son importantes para una empresa.
La reputación corporativa se centra en la percepción pública de una empresa, mientras que la imagen se trata más de una imagen de las empresas con sus partes interesadas. En general, la reputación corporativa se centra en lo que los clientes piensan de una empresa. La imagen es más subjetiva, porque está conectada a emociones y asociaciones colectivas. La percepción pública de una empresa está influenciada por la forma en que se ve y se comporta. Por lo tanto, es importante considerar cómo estos dos factores se relacionan entre sí.
En general, la reputación corporativa se obtiene realizando constantemente bien e implementando estrategias de comunicación efectivas. Este tipo de reputación es más estable que la imagen corporativa, por lo que es crucial cuidar la percepción pública de una empresa. Cuanto mejor sea su reputación, más leales serán sus clientes. La mejor manera de hacer esto es hacer bien las cosas. Y si hace esas cosas de manera consistente, su imagen corporativa aumentará.
La importancia de la reputación corporativa no puede subestimarse. La diferencia entre la imagen y la reputación corporativa es tan importante que muchas empresas no comprenden las diferencias. Sin reputación corporativa, las organizaciones continuarán siendo víctima de crisis. Y aunque ambos pueden beneficiarse de esfuerzos consistentes, no son lo mismo. Las empresas que se centran en ambos deben invertir al mismo tiempo y recursos en ambos. Es posible crear una ventaja competitiva distinta centrándose en ambos.
A medida que el clima comercial se vuelve más complejo y más volátil, la imagen de una empresa es un activo muy importante. Las empresas deben considerar la responsabilidad social al tomar decisiones de compra. Muchos consumidores analizan la responsabilidad social de una empresa cuando toman decisiones de compra. Algunas compañías han adoptado esta responsabilidad y actúan para mejorar el entorno de Societys. Sin embargo, algunas empresas lo hacen únicamente para los beneficios comerciales. Por lo tanto, la imagen es más importante que nunca para una empresa que la reputación corporativa.
Si bien la imagen y la reputación corporativa están estrechamente relacionadas, la reputación corporativa es mucho más permanente. Si bien la imagen se puede manipular rápidamente, la reputación corporativa es más a largo plazo. A pesar de las similitudes entre la imagen y la reputación corporativa, ambos aspectos de la identidad corporativa son importantes. Las empresas deben encontrar el equilibrio correcto entre la reputación corporativa y el rendimiento general para mantener una reputación saludable y mejorar una marca positiva. Por lo tanto, es importante comprender las diferencias entre la imagen y la reputación, así como las diferencias clave entre los dos.
Una imagen desfavorable puede ser perjudicial para el resultado final de una empresa. Por ejemplo, Walmart tiene la reputación de tomar decisiones cuestionables, pero logra mantener una sólida base de clientes al promover precios bajos. La imagen de la compañía puede compensar su reputación, pero la calidad de un producto o servicio no se puede pasar por alto. Por lo tanto, es esencial centrarse tanto en la imagen como en la reputación corporativa.