Los comercializadores siguen gastando más dinero en jardines amurallados. Si bien hay muchos beneficios para estas plataformas, una desventaja importante es que no pueden atar campañas a los datos de CRM. El resultado es que los vendedores se dejan con una imagen incompleta de su audiencia. Además, sus campañas de jardín amurallado no están vinculadas a una base de datos de CRM. Esto deja marcas con una visión incompleta de su audiencia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchos jardines amurallados tienen una funcionalidad incorporada para la atribución.
Los jardines amurallados han sido una práctica común en la industria de las telecomunicaciones durante varios años. El término se originó en una compañía llamada Tele-Communications Inc. a mediados de los 90, que luego fue adquirida por AT & T. Se refiere a un ecosistema cerrado donde los proveedores de servicios controlan todas las aplicaciones y contenido en su plataforma. También restringen el acceso al contenido que no está aprobado por su plataforma. Aunque el término se ha utilizado en muchas industrias, el término se asocia típicamente con una plataforma cerrada.
El concepto de un jardín amurallado no es nuevo. De hecho, se ha utilizado en una variedad de verticales desde su origen en la industria de las telecomunicaciones. Aunque el concepto puede estar desactualizado en algunos verticales, sigue siendo relevante en el sector de la tecnología. Para los editores, la clave es entender el concepto y las ventajas y desventajas del modelo. Este artículo explora la situación actual en la industria de la tecnología.
Si bien los jardines amurallados son un excelente lugar para ejecutar una campaña publicitaria, pueden llevar a la inconsistencia y la falta de transparencia. Además, restringen la capacidad de los anunciantes para compartir su presupuesto, lo que puede reducir su efectividad. Al limitar el acceso a los datos de la audiencia, los jardines amurallados son la opción ideal para pequeñas empresas y startups. Pero hay muchos inconvenientes a este modelo. Si está considerando lanzar su propio jardín amurallado, asegúrese de que tenga una estrategia integral de marketing y seguridad.
Además de las preocupaciones de privacidad, los jardines amurallados pueden no ser la mejor opción para todas las empresas. Como propietario de un negocio, debe considerar cómo un jardín amurallado afecta su estrategia de marketing. Aquellos que no quieran que sus datos recopilados por estas plataformas deberán elegir entre una plataforma que le permita crear un jardín amurallado o una plataforma con una red privada. Sin embargo, en ambos casos, la principal diferencia es el nivel de seguridad del sistema.
Los jardines amurallados son una mala idea. Un jardín amurallado hará imposible que una marca se involucre con el usuario. Una compañía que permite al usuario acceder a su contenido sin tener que pagar por que no podrá obtener el mismo nivel de protección de privacidad como un jardín no amurallado. Además, un jardín amurallado no podrá proteger los datos del consumidor, así como a un competidor.
Un jardín amurallado es una plataforma cerrada. El contenido de un jardín amurallado no será compartido con anunciantes. En su lugar, solo será accesible para aquellos que ya son miembros. El contenido no será compartido con otros. Y además de las preocupaciones de privacidad, un jardín amurallado tendrá una mejor oportunidad de habilitar una mejor experiencia de usuario. Esta es la clave para un jardín amurallado.
Si bien los jardines amurallados son buenos para los consumidores, pueden ser perjudiciales para los anunciantes. El costo de los jardines amurallados es alto. Los costos de publicidad se inflan porque los usuarios de jardín amurallados tienen poco o ningún control sobre su información. En consecuencia, tienen mala retención y tasas de conversión. En última instancia, los jardines amurallados son malos para su negocio. Entonces, si eres un editor, deberías evitarlos.
Los jardines amurallados pueden ayudar a crear un ecosistema digital con una estructura monopolística. Al restringir el contenido y los anuncios a lugares específicos, los jardines amurallados se aseguran de que todos los dólares publicitarios se concentren en manos de grandes editores. Esto crea un campo de juego sin nivel para editores más pequeños. No pueden permitirse invertir en la construcción de sus propias plataformas cerradas. Como resultado, se ven obligados a confiar en los proveedores de jardines amurallados para llegar a la mayoría de su audiencia.
Mientras que el concepto de jardines amurallados puede parecer ominoso, en realidad tiene un lado positivo para los editores. Si bien limitan sus recursos y dificultan la recopilación y el uso de la información, también permiten que los editores accedan a audiencias masivas y tráfico de referencias. Al permitir el acceso al contenido más popular de todo el mundo, los jardines amurallados permiten a los editores monetizar su trabajo. De hecho, los beneficios de estas estructuras son numerosos.