Con la llegada de los avances tecnológicos y con ellos, internet, a día de hoy es frecuente, por no decir habitual, encontrarnos en los hogares, zonas de trabajo e incluso lugares públicos, un dispositivo electrónico que nos permite conectarnos a la red y realizar a través de ella multitud de actividades.
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase ‘no me va el Wi-Fi? Probablemente sea porque se nos ha estropeado lo que digitalmente hablando conocemos como ‘router’. Es decir, ese dispositivo con formato de ‘cajita’ que nos da la posibilidad de mantenernos conectados a la red bajo una clave o contraseña y en un perímetro acotado.
¿Quieres saber más sobre este concepto? ¡En Comunicare te lo contamos!
¿Qué es el router?
Actualmente, empleamos el término inglés ‘router’ para denominar al dispositivo electrónico que conecta dos redes y distribuye todo el tráfico de información posible entre las mismas.
El router permite la conectividad de múltiples LANs y muestran ser mucho más complejo que los Bridges. Además, permiten la conexión de muchísimas redes, así como una cantidad considerable de protocolo que asegura efectividad, seguridad y veracidad en sus funciones.
Los routers son normalmente instalados en los hogares o zonas de trabajo con el propósito de proporcionar una conexión a la red de forma rápida y segura para los usuarios.
Basta con tener acceso a una clave predeterminada para que gran multitud de dispositivos puedan ser conectados al router, el cual les brindará todos los servicios a la red que éstos quieran consultar.
Bien es cierto que, a pesar de que el rango espacial en el que opera este dispositivo es acotado, con las mejoras tecnológicas, cada vez es más potente este tipo de conexiones. Un solo dispositivo, acompañado de varios repetidores que permitan expandir la señal, pueden alimentar a un edificio entero, asegurando una conexión segura, rápida y sin inconvenientes.