Los medios masivos de comunicación juegan un papel sumamente importante en la sociedad, tanto por la información que manejan o divulgan como por la forma en que hacen que un individuo esté en contacto con su entorno.
Los medios de comunicación son quienes divulgan ciertos estereotipos ideales, ciertas conductas apropiadas, tipos de vestimenta, etc. Y estos mensajes muchas veces están dirigidos a adultos de cierto grupo, pero por la masividad del canal por el que se envían, muchas veces son recibido por un público diferente, incluso niños.
La publicidad carga con una responsabilidad social ineludible, pero muchas veces viene impregnada con mensajes incomprensibles para cierto público o codificado de manera que no todos entienden el mensaje. Pero ¿Qué pasa cuando el receptor es un niño?
Algunas personas son mas influenciables que otras, pero a lo largo de nuestras vidas, hay dos puntos en los que somos aun mas vulnerables de lo que podríamos llamar nuestro carácter habitual. Existen regulaciones en todos los países del mundo para proteger a los más vulnerables, es decir a los niños y adultos mayores.
Dependiendo del país, existe una franja horaria en la que la comunicación debe ser apta para todo público en televisión y radio, o se puede publicitar bebidas alcohólicas, el uso de lenguaje vulgar, etc.
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Lo cierto es que los niños, por su inocencia y credulidad, pueden mal interpretar, no entender o incluso ser seducidos por los mensajes publicitarios que inundan su vida diaria y no pueden evitar ser influenciados por ella al momento de realizar sus compras ya que ésta actúa de manera inconsciente impulsándolos a un consumo continuo donde la satisfacción ya no sólo consiste en saciar una necesidad sino en lo que ésta significa.
Los medios masivos de comunicación son portadores de contenidos que, de una u otra forma, impactan en el niño creándole hábitos de consumo y necesidades de ser. La cantidad de imágenes enviadas reflejan una sociedad cada vez más consumista que instruye a los niños desde muy pequeños, transformándolos en poderosos sistemas de representación simbólica. Estas mismas intentan representar prototipos ideales traduciendo a imágenes símbolos referenciales que permanecerán en sus mentes y que lo vincularán con un producto y, por ende, una marca. Es así, que se hace uso de impulsores, palabras que vayan modelando la idea del consumo y creando una necesidad hasta asumirlas como tal.
Ahora si hablamos de influencia, la publicidad es indudable que la tiene, para niños y adultos. Es el gran reto de estos tiempos, poder tomar cierta distancia ante la masificación y homogeneización de ofertas que nos rodean, en el metro, en la calle, en la tele y/o las redes sociales. Y los padres ante los niños tienen una responsabilidad moduladora de esa influencia crucial.
La publicidad, en muchas ocasiones, crea estándares en la mente de los niños, bien sea intencional o no, afectan el cómo ven el cuerpo, personalidad, ropa, juguetes que tienen que tener para ser aceptados.
La publicidad puede crear estándares, pero no todos consumimos lo mismo, ni de igual modo. Aquí entra en juego el propio desarrollo de la subjetividad humana que se inicia desde la primera infancia, cuando el niño es reconocido desde su singularidad. En la adolescencia es cuando se vuelven más visibles los fallos en este desarrollo que pueden haberse pasado por alto en la infancia. En donde los modelos publicitarios, youtubers, personajes públicos, etc. pueden quedar en el lugar de verdaderos gurús de lo que hay que ser, hacer, sentir, pensar y consumir, para sentirse aceptados, valorados, queridos. Vivimos tiempos en donde no siempre es sencillo encontrar un lugar de aceptación social sin ceder en la individualidad.
En los Estados Unidos de América, la publicidad dirigida a los niños fue uno de los temas más controvertidos en la década de 1970 y dio lugar a una política de reglamentación en la industria. Existieron muchos partidarios de regular la publicidad dirigida a los niños, les preocupaba que los niños carecían de la formación necesaria para evaluar los mensajes publicitarios para tomar decisiones de compra. También pensaron que ciertas técnicas y estrategias publicitarias, que son apropiadas para adultos, resultan confusas o engañosa para los niños.
Preguntas frecuentes
- ¿Cuál es la influencia de la publicidad en los niños?
Estudios revelan que la mayor publicidad que se dirige a los infantes son las bebidas azucaradas, generando un alto riesgo de obesidad, sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
- ¿Cómo afecta la publicidad para?
Según (Ponce, 2018), la publicidad se dirige a las emociones, los afectos y la emotividad de las personas. Ya que esta ofrece argumentos racionales que ayudan a justificar, los comportamientos de compra, pero su batalla se da en el corazón humano.
- ¿Qué es la publicidad de niños?
Su objetivo son los niños y adolescentes, un público especialmente vulnerable y sin un criterio formado para responder racionalmente a determinados estímulos, solo por eso la publicidad infantil debería regirse por unas regulaciones estrictas.
- ¿Qué efectos negativos produce la publicidad en nuestro mundo actual?
Falsos o que engañan a través de afirmaciones o exageraciones, visuales o verbales. Testimoniales que no reflejan la elección real de un testigo competente. Afirmaciones de precios que son engañosas. Comparaciones que deshonestamente menosprecian a un producto o servicio competidor.
- ¿Cuál es el impacto de la publicidad en la sociedad?
La publicidad, además de realizar su función principal, que es la de buscar y persuadir al público para que decida comprar un producto específico, se ha convertido en creadora de deformaciones sociales, éticas y hasta psicológicas.