Las noticias falsas siguen proliferando hoy en día, lo que lleva a preguntarse si los profesionales de la comunicación prestan suficiente atención a la ética en el trabajo.
Sin duda, la comunicación ética debería ser una prioridad para todos los profesionales de la comunicación. En la comunicación empresarial, la mayoría de las veces tendemos a dar prioridad a los objetivos orientados a los resultados, como crear una conciencia masiva, fomentar la intención de compra e impulsar la demanda. Sin embargo, es igualmente imperativo dar un paso atrás y preguntarnos si estamos siendo totalmente honestos y transparentes, o si estamos incurriendo en un comportamiento poco ético de cualquier forma.
La comunicación poco ética sigue teniendo lugar por una razón clave: la gente suele subestimar el impacto de la comunicación. De hecho, la comunicación es una herramienta fundamental para desarrollar una relación y crear confianza con su público. Tiene el poder de dar forma a las narrativas sobre cualquier tema – desde la política hasta la tecnología – y requiere una consideración cuidadosa y reflexiva de los principios éticos.
Considera la otra cara de la moneda. La comunicación poco ética tiene el potencial de dañar significativamente la reputación online de la organización en cuestión. Imagínese que en un comunicado de prensa en el que se anuncia un nuevo producto se menciona una característica única que el artículo no posee en realidad, o que en una publicación en las redes sociales se hacen afirmaciones falsas o exageradas de que se trata de una empresa galardonada. Puede esperar que su público pierda inmediatamente la confianza en la organización de una manera que es casi imposible de deshacer.
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¿Qué es la comunicación ética?
En pocas palabras, la comunicación ética se refiere a comunicar de manera clara, concisa, veraz y responsable. Pero en una profesión que no tiene un conjunto explícito de directrices, puede ser un reto discernir lo correcto de lo incorrecto.
Sea como fuere, al igual que la industria médica tiene sus reglamentos y normas éticas a las que atenerse, los profesionales de la comunicación deben observar un código de conducta ético no escrito que actúe como columna vertebral de nuestra estrategia de comunicación y como virtud clave de la profesionalidad.
Siempre debemos esforzarnos por lograr una comunicación eficaz y ética, ¿quién dice que no hay forma de equilibrar ambas cosas?.
Principios Éticos
Exploremos cuatro principios éticos clave que todo profesional de la comunicación debería tener en cuenta:
1. Garantizar la transparencia y la honestidad
Comunicar sólo lo que se sabe que es la verdad. La ética puede ser complicada en este sentido porque, aunque no haya sido tu intención, se sigue considerando poco ético incluso si un mero 1% de lo que se dice es falso.
Antes he mencionado la «responsabilidad» y aquí es donde entra en juego: la responsabilidad de garantizar que cada palabra sea objetiva y precisa está en manos del profesional de la comunicación. Esta responsabilidad social de la empresa empieza por realizar una investigación exhaustiva hasta incluir la atribución adecuada de todas las referencias y fuentes.
Ser totalmente transparente también significa establecer una representación veraz. Hay que revelar todos los detalles pertinentes, incluidas las advertencias o los aspectos negativos, por mínimos que parezcan. A pesar de que mucha gente piensa que las relaciones públicas son sinónimo de «el giro», nunca debemos cambiar la narrativa en función de lo que queramos que nuestra audiencia crea.
2. Entender a su público
El cómico estadounidense Fred Allen dijo: «Una agencia de publicidad es un 85% de confusión y un 15% de comisión», pero eso nunca debería ser así.
A menudo, las relaciones públicas y las comunicaciones corporativas escritas se complican en exceso con la jerga y la terminología del sector que no tiene ningún sentido para un profano. Por eso es tan importante entender a la audiencia. Antes de escribir, debemos hacernos preguntas como:
- ¿Quién va a leer esto?
- ¿Qué conocimientos previos tienen?
- ¿Hay alguna forma de comunicar esto de forma más sencilla?
No olvidemos que la comunicación es siempre bidireccional. No se trata sólo de transmitir un mensaje, sino también de la respuesta que recibimos, que depende en gran medida de cómo se ha comprendido el mensaje. Esto significa que debemos tener en cuenta las barreras lingüísticas a las que puede enfrentarse la audiencia y hacer que nuestra elección de palabras sea representativa. Como profesionales de la comunicación, esto nos ayuda a asegurarnos de que no presentamos nada que pueda interpretarse como degradante, intolerante o incluso odioso.
3. Respetar la confidencialidad y la privacidad
La privacidad es un tema candente, y con razón. Es muy fácil dejarse llevar, especialmente cuando hay un mensaje potencialmente sensacionalista, pero asegúrese siempre de que no está violando la privacidad de ninguna persona ni revelando información confidencial relativa a una organización.
Respete y proteja la confidencialidad de sus clientes y socios que puedan haber revelado ciertos detalles que deben mantenerse estrictamente en secreto, incluso si no existe un documento legalmente vinculante como un acuerdo de no divulgación. Lo mismo se aplica a quienes trabajan en el periodismo y pueden haber intervenido fuentes que han solicitado permanecer en el anonimato o han compartido conocimientos privados extraoficialmente.
4. Elegir el momento y el lugar adecuados
Ser un comunicador ético va más allá de lo que se dice, sino también de cuándo y dónde. Por ejemplo, un anuncio de cigarrillos en un canal de televisión infantil o un reportaje sobre armas de alta tecnología en medio de un conflicto. Aunque son situaciones extremas, demuestran la importancia de cuándo y dónde decidimos comunicarnos.
Hay que tener tacto y ser consciente de elegir el momento y el lugar más adecuados para comunicar. Planificar y elaborar una estrategia. Investiga a tu audiencia, las distintas opciones de medios o canales que tienes, así como los acontecimientos mundiales que pueden afectar a la forma en que se recibe y percibe tu mensaje.
El dilema ético en la comunicación
La ética debe ser la piedra angular de la estrategia de comunicación de toda organización. Sabemos que esto es cierto, pero ¿qué significa comunicar éticamente? Dado que el tema de la ética en la comunicación no se discute tan a menudo como debería, a menudo se produce una incertidumbre por parte de los profesionales de la comunicación.
Una comunicación ética eficaz es fundamental para el éxito de la estrategia de comunicación de una organización. Aunque comunicar mensajes precisos, honestos y transparentes es fundamental para la comunicación ética, también va mucho más allá.
Teniendo esto en cuenta, ¿qué cambiarías en tu forma de comunicar?
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