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Qué es la asertividad en la comunicación
La asertividad de la comunicación es un estilo de comunicación en el que se exponen opiniones o comentarios, sentimientos y necesidades de forma segura, tranquila y honesta, sin que nadie se sienta ofendido, siendo respetuoso y empático, y a su vez evitando la posibilidad de que se generen conflictos.
La asertividad de la comunicación te permite comunicarte diplomáticamente, compartiendo tu punto de vista y defendiendo tus derechos, mientras que tomas en cuenta los sentimientos de los demás y sus diferentes creencias y derechos.
De esta forma se puede comunicar algo a alguien sin herirle, ni perjudicarle. La asertividad de la comunicación se puede trabajar e ir mejorándola.
Es a su vez una habilidad muy requerida en los candidatos cuando las empresas buscar cubrir un puesto de trabajo.
Además, la comunicación asertiva se considera un “must have” en cualquier liderazgo que se precie.
Según John Gottman, psicólogo y profesor emérito de la Universidad de Washington, estudios demuestran que lo más complicado para las personas en una relación es comunicarse de forma efectiva.
Sin embargo, diversas técnicas nos ayudarán en la asertividad de la comunicación, y así poder comunicarnos de forma más efectiva
Características de la asertividad en la comunicación
Las principales características de la asertividad son las siguientes:
1. Respeto por los derechos de uno mismo y respeto por los de los demás:
Para ello, deberás comunicarte de forma que sigas siendo fiel contigo mismo, haciendo respetar tus derechos, mientras que respetas los derechos de los demás.
Esto mismo sucede con las opiniones. Expresas tu opinión desde tu punto de vista, pero también escuchas lo que los demás tienen que decir, sin imponer tu opinión por encima de la de los demás, pero sin quedarte callado.
2. Expresión de las ideas y emociones de forma directa, honesta y empática:
Cuando se es honesto y directo, pero sin ser empático y amable, podrás ser percibido como agresivo. Por el contrario, siendo respetuoso y empático, pero sin ser directo ni honesto, estarás tomando el riesgo de ser percibido como sumiso.
Por ello, en la comunicación asertiva, deben encontrarse los cuatro componentes: directo, honesto, empático y respetuoso.
3. Petición de lo que se necesita, sin olvidarse de las necesidades de los demás:
Las asertividad en la comunicación es fundamental a la hora de llegar a un acuerdo donde todo el mundo gana, puesto que las necesidades de ambas partes son consideras importantes.
De esta forma, no se infundes miedo para conseguir lo que tú deseas, ni tampoco permites que te pasen por encima olvidándose de tus necesidades.
Buscas el equilibro entre la valides de tus necesidades y las de los demás.
4. Expresión de los sentimientos sin juzgar ni culpar a otros:
Una característica fundamental de la asertividad en la comunicación es la responsabilidad.
Debes tomar la responsabilidad por tus acciones y errores, a la vez que permites que otros hagan lo mismo por los suyos.
Para ello, también debemos mostrar el impacto que las acciones de otros tienen en nosotros, pero utilizando un lenguaje con el que no se culpa, juzga o descalifica por ello.
5. Comunicación simple, tranquila y segura:
Es el punto de equilibrio entre hablar de forma ruda y sumisa, es hablar con firmeza.
Comunicarse con firmeza quiere decir que se es capaz de de pedir, exigir o corregir, pero manteniendo la tranquilidad, mientas transmites fortaleza y seguridad.
El mantener la tranquilidad te ayudará a ser empático y respetuoso. Y si estamos seguros de nosotros mismo y de lo que queremos comunicar, seremos claros, directos y honestos.
6. Enfrentamiento de las situaciones de conflicto con un acercamiento constructivo:
Un conflicto no tiene porqué ser necesariamente considerado algo negativo o destructivo. Cuando un conflicto se aborda de forma positiva y constructiva, puede traer consigo mejoras.
Pero para que un conflicto pueda ser constructivo, no basta con querer hacerlo, sino que es necesario utilizar ciertas técnicas de comunicación asertiva, que nos llevarán a una resolución constructiva.
Técnicas de la asertividad en la comunicación
1. Cuestiona tus suposiciones preguntando
Un gran problema que se tiene es el hacer suposiciones sin preguntar, tomándonos a mal el comportamiento del otro.
Esto hace que nos ofendamos, creyendo que lo que suponemos es correcto, tomándonoslo personalmente.
Para ello, podemos llevar a la práctica estos cuatro sencillos pasos:
- Identifica tu suposición
- Cuestiona la veracidad de la misma, así como su utilidad
- Pregunta con empatía para entender qué es lo que realmente sucede
- Invita al otro a tomar acciones para solucionarlo
2. Habla en primera persona
Cuando hablamos en primera persona nos hacemos responsables por lo que pensamos y sentimos. Es más, de esta manera reconocemos que nuestras opiniones y creencias no son una verdad absoluta, sino nuestra forma de interpretar la realidad.
Esto nos ayudará a que el receptor del mensaje sea más abierto y receptivo a escucharnos.
Una buena forma de aplicar esta técnica es, en lugar de empezar una frase con: “tú”, o “usted”, lo que puede ser tomado de forma acusatoria, poniendo a nuestro interlocutor a la defensiva, empezar la frase con un: “yo creo”, “yo pienso”, “me gustaría”
3. Hazte responsable por tus sentimientos
Al expresar cómo nos sentimos, debemos hacernos responsables por ello, sin culpar a terceros por nuestras reacciones emocionales.
Para ello, podemos utilizar frases como: “me siento feliz”, “me siento solo”, en lugar de “me haces sentir “.
Al culpar a otros por nuestras emociones no agradables, éstos se sentirán atacados y se pondrán a la defensiva.
Podremos decir: “cuando tu llegas tarde, yo me siento no valorado”
4. Habla sobre los hechos y su impacto
El uso de adjetivos descalificativos hace que nuestro interlocutor se sienta atacado. Esto hace que de forma automática se despierte una sensación urgente de huir o atacar.
Por ello, cuando usamos asertividad en la comunicación, en lugar de juzgar usando adjetivos que descalifican, hieren o ridiculizan, es mejor hablar sobre el comportamiento de la persona y el impacto que produce. No debemos atacar a la persona, sino hablar de las acciones del otro y sus consecuencias, describiendo comportamientos específicos y observables.
Por ejemplo: “cuando llegas tarde a la reunión, pierdes información importante del que todo el equipo debe estar informado”, en lugar de “eres un impuntual que no está comprometido con la empresa”.
5. Describe las consecuencias desde tu perspectiva
Cuando hablamos del impacto negativo de una persona sobre otros, y este impacto no es cuantitativo, pero que es perceptible para ti, es mejor hacerlo en primera persona. De esta forma quedará claro que es tu opinión y percepción personal, sin tener que ser una verdad absoluta.
Para ello, podemos utilizar la expresión: “me da la impresión”, “tengo la sensación” o “me parece”.
6. Elimina las generalizaciones
Es mejor evitar palabras que generalizan, como “siempre”, “nunca”, “todos”, nadie”, y en su lugar ser preciso y mencionar situaciones específicas, hablando directamente a las personas involucradas.
7. Adapta el lenguaje no verbal
Cuando hablamos de lenguaje no verbal estamos haciendo referencia al lenguaje corporal, postura, expresión de la cara, gestos y movimientos.
Para que la asertividad de la comunicación verbal funcione, ha de ir acompañada de un lenguaje no verbal también asertivo. Debe haber coherencia entre lo que se dice y lo que se muestra con el cuerpo.
Para ser asertivo en nuestro lenguaje no verbal, debemos mirar a los ojos, y hacer contacto visual regularmente.
También se ha de ser consciente con la postura, manteniendo la columna recta, al vez que el cuerpo está relajado.
Es importante que el cuerpo esté de frente a nuestro interlocutor, evitando objetos que sirvan de distracción.
Por último, debemos asegurarnos que nuestros gestos y nuestra expresión son coherentes con el mensaje que estamos transmitiendo. Nuestros gestos deben transmitir escucha, atención, firmeza, tranquilidad y receptividad.
8. Regula el lenguaje paraverbal
La comunicación paraverbal se refiere al uso que se hace de la voz, principalmente al tono, rapidez del habla y modulación. Estudios realizados por Michael Kraus, Psicólogo en la Escuela de Administración de Yale, el tono de nuestra voz es el principal medio con el que revelamos emociones al hablar.
Un tono demasiado suena transmitirá inseguridad, mientras que un tono demasiado fuerte transmitirá una sensación de no querer escuchar al interlocutor.
Si se habla demasiado rápido, pareceremos ansiosos o estresados. Muy despacio, y el interlocutor podrá aburrirse y perder interés en la conversación
Se debe encontrar un equilibrio entre el mensaje y la intención, usando un tono firme y placentero de escuchar.
Para ello, deberemos respirar profundo, hacer pausas, variar el volumen y la rapidez sin exageraciones. Vocalizar, modular y hablar con calma y firmeza.
9. Practica aquellas conversaciones difíciles
Es cierto que hay conversaciones más difíciles de llevar a cabo que otras, puesto que tocan puntos sensibles.
Precisamente en este tipo de conversaciones, es cuando la asertividad de la comunicación cobra más importancia, pues aumentará la probabilidad de tener un buen resultado.
Por ellos, una buena medida a tomar es la de preparar la conversación y practicarla.
– Procura visualizar qué imagen quieres teniendo esa conversación.
– Toma nota y escribe lo que quieres decir, para asegurarte de estar aplicando correctamente la asertividad de la comunicación.
– Practica la conversación con alguien que te transmita confianza y, a ser posible, conozca las técnicas de asertividad.
– Intenta observarte ensayando la conversación mirándote en un espejo, o incluso filmándote, para poder evaluarte a ti mismo.
10. Timing
Si se busca mantener una conversación exitosa, es importante que antes de abordar directamente a nuestro interlocutor, nos aseguremos que tanto nosotros mismos, como la otra persona estamos en buena disposición emocional y mental.
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