En el día de hoy vamos a hacer un análisis sobre las principales características y actitudes que deben poseer los profesionales que se dedican a comunicar, sobre todo en el ámbito empresarial.
Actitudes como la confianza, la capacidad de transmitir y de analizar las emociones o fomentar la cooperación organizativa son claves para poder comprender la importancia de esta figura.
Índice de contenidos
La comunicación entre las personas
Para poder realizar una comunicación de calidad y fluida es necesario que el orador cuente con una serie de aptitudes, como pueden ser la confianza y la seguridad a la hora de transmitir.
Tanto en el ámbito personal como en el profesional, es imprescindible contar con una serie de nociones que contribuyan a la creación de un ambiente comunicativo adecuado. En muchas ocasiones, la calidad del entorno es lo que determina cual es la calidad de las relaciones interpersonales.
En general, las personas con las que se tiene peor relación es con aquellas con las que la comunicación falla.
Podemos denominar la comunicación como un proceso a través del cual las personas se coordinan unas con otras, lo cual es clave para prácticamente todos los ámbitos de la vida.
La comunicación no abarca solamente el aspecto informativo que se transmite, sino que también está compuesto por el factor humano que interfiere. La variable personal es la que caracteriza la forma de comunicar de cada ser humano, de forma que cada uno aporta su toque personal a través de sus sentimientos, sus palabras o su forma de ser.
La confianza individual
Como hemos señalado anteriormente, la confianza en uno mismo es uno de los pilares que sustentan las relaciones comunicativas entre las personas.
Se puede establecer una vara de medir la confianza en grados, de forma que cuanto mayor sea el grado de confianza mayores serán las relaciones comunicativas que se establezcan entre los usuarios. Es habitual que cuando se tiene confianza con alguien se intercambien pareceres que, de otra forma, no se contarían.
La confianza afecta a la forma de transmitir y comunicar, ya que se trata de una cuestión social que surge a partir de las valoraciones individuales sobre los demás y sobre uno mismo.
La cooperación organizativa
Dentro del sector empresarial, podemos destacar como una gran aptitud la cooperación a la hora de transmitir.
En las empresas es imprescindible contar con políticas de comunicación que abarquen a toda la organización, de forma que cooperar en el ámbito interno contribuye a conseguir los logros empresariales y a alcanzar los objetivos previstos. No se trata de dejar de lado los objetivos que cada persona tiene a nivel individual, sino que se trata de crear un entorno de cooperación adecuado para que puedan coexistir los objetivos empresariales y los individuales de cada trabajador.
La cooperación busca las sinergias entre las personas, de forma que se trata de alcanzar la mayor satisfacción para cada persona.
La figura de los comunicadores en las empresas
Se puede establecer que la mayor fuente de determinación de las actitudes individuales de los seres humanos es la educación y la formación. Los conocimientos que se van adquiriendo según se van viviendo nuevas experiencias y aprendiendo sobre nuevos temas académicos, además de la curiosidad que mueve a las personas a investigar y a leer, son las bases de la creación de actitudes personales.
Con todo ello, las aptitudes no son estáticas, sino que a lo largo de la vida de las personas van cambiando y se les va dando forma. De igual modo que no hay dos personas que posean exactamente las mismas actitudes y en el mismo grado, de ahí que se trate de variaciones personales.
Las actitudes personales son los motores de la vida de las personas, lo que las impulsa y las mueve a tomar decisiones.
Dentro del mundo de la comunicación, las personas que se consideran comunicadores natos son aquellos que tienen la obligación (o la responsabilidad, depende de como se mire) de guiar a las empresas en sus proyectos de comunicación y de diálogo. Por tanto, como primera responsabilidad hay que destacar el fomentar conversaciones entre los distintos expertos, los cuales son los encargados de lograr la consecución de los objetivos de la empresa.
En muchas ocasiones no es fácil lograr una buena comunicación entre profesionales que trabajan en distintas áreas de conocimiento, ya que es habitual que cada departamento trate de ser el líder en la empresa. De ahí la importancia de contar con un comunicador con aptitudes para lograr acuerdos internos.
Dentro de las empresas hay que tratar de conseguir el mayor intercambio de información, experiencias y perspectivas posible, dentro de los limites que marca la eficiencia. Cuando se logra crear conversaciones fluidas y dinámicas entre los diferentes talentos es cuando comienzan los mayores procesos de innovación y creatividad dentro de las empresas. Las ideas compartidas que surgen con la contribución y colaboración de los diferentes miembros que componen la marca suelen ser las perspectivas decisivas para lograr conseguir los mejores objetivos.
Además, mediante el estímulo de las conversaciones a nivel interno también se logra favorecer a la creación de un entorno abierto y creativo, en el que se valore a todas las personas por igual.
Por tanto, en la actualidad, las estrategias de comunicación y la figura de los comunicadores se considera esencial en las empresas, sobre todo en las grandes corporaciones. La comunicación ha demostrado ser una de las variables que más creación de valor genera en el entorno empresarial.
Actitudes necesarias en los procesos comunicativos
Los comunicadores dentro de las empresas deben contar con una serie de actitudes que se consideran esenciales para poder desarrollar correctamente la función de comunicación que tienen asignada.
Se puede establecer una lista abierta en la que destacan las siguientes actitudes profesionales:
- La observación.
Un buen comunicador debe ser capaz de observar y analizar el entorno, destacando en un primer vistazo cuales son los principales rasgos que lo caracterizan. Cuanto mejor sea el comunicador, más veloz será este primer vistazo y mayores serán las conclusiones que extraiga.
No se trata únicamente de observar los aspectos físicos, sino que también hay que prestar atención a las intenciones, las razones e incluso las emociones que pueden afectar al entorno en el que nos movemos, de ahí la importancia del análisis de las personas con las que se interactúa en cada caso.
Esta tarea se ve facilitada en gran medida con la inclusión de las nuevas tecnologías, ya que nos permiten un análisis de datos rápido que arroja datos sobre las nuevas tendencias que son importantes en cada caso. El big data y la inteligencia artificial son dos herramientas que es preciso conocer.
- El contexto.
Los buenos comunicadores deben contar con otras aptitudes como es la capacidad de entender y transmitir en cada contexto los motivos que llevan a tomar cada una de las decisiones empresariales.
En muchas ocasiones se producen malos entendidos por falta de contexto o explicaciones por parte de los ejecutivos, es ahí donde entra en juego la figura del comunicador.
- Capacidad de proyección en el futuro.
Para la fijación de los objetivos es imprescindible tener en cuenta el ambiente futuro en el que va a actuar la empresa. Es importante que las proyecciones de futuro sean realistas y se tengan en cuenta las expectativas que persigue tanto la organización como los trabajadores.
Para poder tomar decisiones que contribuyan al crecimiento personal y empresarial es necesario contar con aptitudes de empatía y análisis de las personas. Uno de los mayores activos para los comunicadores es la capacidad de ponerse en la “piel” del resto, intentar entender su perspectiva.
Una vez se entiende y comprende la visión del interlocutor, llega el momento de tratar de hacerle entender cuales son las razones y motivos que llevan a la marca a realizar las proyecciones o acciones que está realizando a cabo.
- Precisión con el lenguaje.
Un buen comunicador debe conocer de primera mano el lenguaje que está utilizando, de forma que hable siempre con propiedad. En un proceso de dialogo adecuado, los interlocutores deben emplear un lenguaje que sea preciso y comprensible, ya que es la única forma de lograr un entendimiento entre las personas.
El lenguaje es la herramienta más útil de la comunicación. Se trata de una actitud que los comunicadores deben poseer en gran medida, debido a que son los principales responsables de lo que se transmite.
- Buscar consensos.
Es habitual que en las relaciones entre las personas surjan diferentes conflictos. Se trata de dos caras de la misma moneda.
La labor de los comunicadores pasa por lograr un entendimiento entre las personas, sobre todo cuando se dan situaciones de conflicto, ya que se considera que en muchas ocasiones lo que favorece la aparición de problemas es la falta de una conversación adecuada.
Aprender a resolver los diferentes conflictos que van surgiendo es una actitud que se valora mucho en el ámbito de la comunicación.
- Evaluar y analizar.
Analizar los resultados de las distintas estrategias que se van proponiendo es imprescindible para poder crecer y mejorar, esto se aplica a todos los ámbitos del conocimiento, incluida la comunicación.
La figura del comunicador en este caso pasa por implantar la cultura del error, es decir, tratar de hacer entender a los diferentes individuos que un error no se debe relacionar únicamente con el fracaso, sino que debe considerarse como una fuente de conocimiento y aprendizaje.
- Visión de equipo.
Cada vez se está optando menos por modelos empresariales que fomenten la individualización de las personas y del mérito. Está visto que emplear este tipo de prácticas en las empresas acaba resultando contraproducente, ya que solo se aporta competitividad.
En la nueva cultura del conocimiento, se trata de lograr una visión integradora, como equipo.
- Transmitir emociones y saber analizarlas.
La capacidad para analizar las emociones es una actitud muy valorada entre los comunicadores. Para poder entender los mensajes y poderles dar contexto es imprescindible conocer las emociones que mueven a las personas.
Conocer de primera mano las emociones es un factor que permite a los comunicadores adelantarse a los acontecimientos o comprender los motivos que llevan a las personas a actuar. Por tanto, es imprescindible conocer de primera mano los sentimientos y la gestión de los mismos.
- Actualizarse.
Ya hemos dicho en varias ocasiones que las actitudes en comunicación son muy dinámicas, de forma que los comunicadores deben tener la capacidad de aprender y desaprender, para, de esta forma, estar siempre adquiriendo más aptitudes.
Es necesario actualizarse de forma continua y estar al día con las últimas novedades. Esto hay que entenderlo en relación a los buenos hábitos, ya que estar al día se relaciona directamente con incorporar nuevas formas de trabajo más creativas, reciclar conocimientos…
Como hemos señalado, las actitudes son algo dinámico, que va cambiando a medida que aumentan los conocimientos y las experiencias de las personas. Por tanto, se puede afirmar que es posible entrenar las actitudes y capacidades de los profesionales de la comunicación para que estas sean cada vez más funcionales y estratégicas.